viernes, 3 de diciembre de 2010

" EL SEÑOR SOLO DESEA QUE EL SER HUMANO DERROCHE AMOR FRATERNO. "

Dios nos ama por encima de todo y nos quiere muchísimo al ser humano. Y lo único que desea es que el ser humano se comporte en el mundo derrochando amor y compadeciéndose del hermano que sufre, que practiquemos la humildad que es la única que más se refleja en forma de estar más cerca de Dios, el ser humildes. Y siempre aceptando la voluntad de lo que se nos vaya presentando la voluntad del Señor en la vida, como enfermedades Que Dios no las manda por supuesto. Pero hay que aceptar lo que se nos presente en la vida, y vivir en la vida, el día a día lo más felices posibles como se vaya presentando. Que EL Señor que es compasivo y misericordioso Él sabrá ir dándonos la medicina que vayamos necesitando para sufrir lo menos posible. Ya que es un Dios que nos quiere muchísimo junto a su querida Madre y también la nuestra La Santísima Virgen María. Por eso La Iglesia nos recomienda ir a visitarlo en su morada en el Sagrario, le recemos, le hablemos, contándole nuestro problemas, mantengamos dialogo con ÉL. Que el Señor es tan bueno y no permite que ningún ser humano sufra. Pero como nos revelamos contra Él y no le echamos cuenta. Pero a pesar de eso estoy segurísimo que nos sigue amando. Esto es un misterio difícil de comprender, pero verdadero. Practicarlo y veréis la realidad, que no os lo dice ni un sacerdote, ni un teólogo en este caso que yo no soy. Hay una cosa que jamás comprendemos los cristianos, que seguro que la gente me puede preguntar. Bueno si Dios no quiere tanto como puede permitir que haya enfermedades y niño en el mundo desnutridos en el tercer mundo. Y yo le contestaré, que hay Dios pone remedio, por medio de personas que les inculca las ONG, pero que somos tan avariciosos que no somos los suficientes creyentes en nuestros hermanos, cuando nos paran por las calle para apuntarnos a dar simplemente un euro a la semana y pasamos de largo de dar ese dinero que va a ir destinado a esos países de niños desnutridos. Y también me pueden decir, pero es que la Iglesia es la más rica del mundo y no vende su patrimonio para dárselo a estas personas para que n o mueran. Y os voy a contestar y ¿Por qué? Os tenéis que fijar en la Iglesia. Actuar vuestra conciencia, que a la Iglesia Dios puede que le pida cuentas en su día, y no sepa que contestar. Pero nosotros tendremos nuestras conciencias tranquilas, dejad a los demás que actúen como quieran. Lo importante somos cada uno individualmente, nuestras conciencias, haya cada uno con su conciencia. Hay dicho, tu a lo tuyo, no te metas en las coas de los demás que cada uno actúe con su conciencia. Y que cada uno de nosotros tengamos nuestras conciencias limpias, n es importante es que Dios este contento particularmente con cada uno de nosotros. Pero nos fijamos en los demás. Y eso no es así. Tenemos que tener autonomía ser cada cual no mirar alrededor. Sino ser nosotros mismos y los demás haya ellos. Dios también los quiere, pero a lo mejor si Dios celebrase un banquete, estoy seguro que no los iba a dejar fuera del banquete, por su amor tan grande hacia el hombre. Pero por supuesto le daría el privilegio de estar sentados más cerca de ÉL a la persona, que haya actuado mejor en la vida, a los demás los pondría un poco más retirados de su lado, aunque estuviesen en su mesa con ÉL también. Pero el que haya actuado mejor, en el mejor sitio, y el que haya actuado peor estará sentado en un segundo plano. Pero nunca abandonado, así de bueno es Dios. Por lo tanto tenemos que ir por la vida sin pensar en nadie ni en curas ni en Iglesia ni en nadie sino con nuestras conciencias haciendo el bien por la vida como paso Cristo por esta vida, que no miraba el que era malo, Si no que acudía a ÉL, para que lo curase del mal y lo convirtiera. Sí seguimos este ejemplo estoy seguro que Dios no lo recompensará en esta vida por supuesto. Que dicen que todo se paga, y ya para que contaros en el paraíso, que allí ya no habrá, males ni enfermedades. Solo habrá felicidad amor, felicidad y la salvación de las almas en vida eterna. Manuel Enríquez Becerra. Sevilla.