domingo, 29 de septiembre de 2013

SE RENIEGAN LAS FAMILIAS

Es una lástima que tenga que escribir esta misiva con este titular. Pero escribo este titular en defensa de mis apellidos y en el nombre de mi difunta madre. En primer lugar cuento que al fallecer mi madre, su hermana de padre y madre no asistió a su funeral por habernos tratado siempre a mi madre, a mis hermanas y a mí como ovejas negras en la familia; y considerarse la hermana de mi madre más su familia, de otra posición más alta. Nosotros éramos los pobres y ellos los ricos. Esto es muy fuerte pero ha ocurrido que solo fue al tanatorio el día del fallecimiento y lo dio por cumplido que no asistió ella ni nadie de su familia al funeral. Y también tengo que reseñar que tengo primos segundos por parte de mi difunto padre, es decir hijos de primos hermanos de mi padre que no quieren reconocer que soy de su familia, peor para ellos. ¿Pero donde vamos a llegar que se reniegan las familias hasta las más allegadas? Pero arriba cómo dice una amiga mía hay una vara que da leña cómo si zamarreara un olivo para cogerle las olivas, que hace justicia y me entero de cada “palo de vara” que desde luego cada día creo más en una divina Providencia. “No puedo seguir escribiendo”.