martes, 11 de enero de 2011

" RAPHAEL. "

Tenemos que reconocer queramos o no queramos que el artista andaluz. Hijo predilecto de Linares, y reconocido sus meritos profesionales que le fue concedida la medalla de Andalucía. Premios por todas las partes del mundo donde ha pisado. Discos de oro y platino creo que ha perdido la cuenta hasta el mismo artista. Orgulloso de ser andaluz. Cantando las canciones como un número uno de los artistas de nuestra tierra. He interpretándolas y sintiendo lo que canta dentro de su alma y de su corazón como muchos quisieran saber hacer. Te hace unos bajos y rápidamente te hace unos altos que te emocionan y te va contando la historia de la canción con una melodía que solo sabe hacer con su interpretación teatral encima del escenario. Las canciones suelen ser cortas de contenido literario, pero muy bien compuestas por el autor que tiene su gran mérito también andaluz el jerezano Manuel Alejandro de quién canta casi todo su repertorio, ya que supo lo que le iba a este pedazo de artista de Linares y le escribió tanto literariamente como musical su estilo para que pudiese defender sus canciones e interpretarlas en el escenario y llegarles al corazón de los ciudadanos que se sienten identificados con las canciones de RAPHAEL, y con esa música tan delicada que les acompaña en todo su repertorio. Ya que te canta contando una historia casi hablada y de pronto te da esos altos que llegan al corazón de las personas. Hay una canción que la borda. Y que no sé porque la quito del repertorio, cuando es una canción que es estremecedora y sencillísima solo lleva un cuerpo de letra y un estribillo y repite el cuerpo de letra y finaliza con el estribillo. Pero con una puesta en escena digna de admiración, que puede herir la sensibilidad de las personas que hayan tenido un fracaso amoroso. La canción se llama: “TODO SE DERRUMBO DENTRO DE MÍ “, algo maravilloso, puesto en escena, en el cual es un amor fracasado, en el que Raphael lo pone en escena cantándolo como si lo estuviera viviendo. Que llega hasta tal punto de arrastrarse agachándose en el escenario, ante el derrumbe que descubre de fracaso de amor, de equivocación de engaño. Una puesta en escena, para llevarse varios minutos aplaudiendo al artista de Linares, y con su permiso a la madre que lo parió que en gloria esté. Un artista de la tierra andaluza que jamás ha defraudado al público por muy criticado que haya podido estar y en bocas viperinas. Pero que no por mucho que se hable o se diga, hay que reconocer que es un pedazo de artista, que pasarán años, para que se repita un fenómeno igual. Son fenómenos de la naturaleza, privilegiados que solo Dios sabe porque no nacen a diario. Sino cada X tiempo. Manuel Enríquez Becerra. Sevilla.