lunes, 17 de enero de 2011

" ENCUMBRADOS QUE OLVIDARON QUE FUERON POBRES. "

A vosotros que un día fuisteis encumbrados y olvidasteis la pobreza. Que fuisteis; piconeros, cabreros, vaqueros, aceituneros, sufridores de la lluvia, del frío, del madrugar para trabajar y ganar el pan con el sudor de vuestra frente. Y os llego un día ser encumbrados. Y ya no os acordáis, pero me alegro por vosotros, porque La Divina Providencia así lo ha querido. Solo La Providencia sabe por qué. Pero si así lo quiso os felicito. Pero el mundo si no lo sabéis según los físicos es redondo y gira alrededor del sol y se dice que la vida da muchas vueltas. También lo sé por experiencia. Y también se dice que torres más altas se caen. Como La Giralda que es muy alta pues torres más altas se caen. Siempre mucho cuidado. También hay otro dicho muy antiguo que dice que el hombre es al animal que tropieza siempre con la misma piedra. Pues bien hay encumbrados como piconeros que son curas. Otros encumbrados han sido aceituneros y hoy en día son cantantes, los vaqueros también son cantantes, los cabreros son chistosos y salen en la televisión y ganan millones y los recogen las productoras de los programas de televisión, con honores de corona, y a los piconeros la jerarquía eclesiástica los nombra buenos párrocos, y les da las mejores parroquias y cuando eran niños no pisaban la iglesia. Pero un día lo encumbro un cura jerárquico. Y ahora todos estos encumbrados se olvidaron de aquellos tiempos. Pero vamos que el piconero se convertirá en picón y después en ceniza como todos, aunque este encumbrado y ahora de clases de religión y gane 2.000€ al mes y conozca en sus vacaciones Tierra Santa y el mundo. Y los artistas igual conocen toda la geografía española ya que la televisión todavía los encumbra más. Y así es la vida una rueda “unos crean la fama y otros escaldan la lana”. Pero al final todos en su casa y Dios en la de todos.
Con este articulo quiero que todo el que lo lea sepa la falsedad de la vida que los encumbrados o poderosos, antes han pasado miserias, pero han tenido la virtud de quién los encumbre. Pero les sugiero a todos que sean benévolos con los pobres y los marginados y se acuerden de cuando eran piconeros, aceituneros, vaqueros, cabreros y sufridores de la lluvia y del frío. Que según tengo entendido el piconero tiene la puerta llena de pobres pidiendo limosna y hablan mal del piconero que celebra ahora misa, y antes hacía picón cuando no había estufas para calentarse en los hogares. Y no ayuda a los pobres. Les recuerdo a los encumbrados que existen las enfermedades. Que no las manda La Divina Providencia, sino que también son cosas del destino de las personas. Lo mismo que cuando se encumbraron. No vaya a ser que tengan lo mismo que tuvieron una encumbración y viven de maravilla. Tengan que recurrir a un hospital urgentemente, porque se queden sin voz al cantar, porque el humo del picón que respiraron cuando quemaban la leña les afectará los bronquios y ahora les dé la cara o cualquier cosa de esas. Porque yo ya de enfermedades vengo de vuelta y he vivido tantas y las llevo con tanta resignación. Que no tengo envidia a los que se encumbran y se olvidan de los pobres y de los que sufren y ellos se vuelven ricos. Así que cuidadín. Manuel Enríquez Becerra. Sevilla.