miércoles, 4 de agosto de 2010

SEVILLA Y SU ENCANTO

La ciudad de Sevilla tiene un encanto algo particular, que es difícil de narrar. Sus gentes, sus costumbres, sus calles céntricas donde todos los vecinos de la ciudad es raro no ver algún día de la semana, dando un paseo por sus calles de la Sierpes Tetuán Velázquez Rioja La famosa plaza de La Campana o la plaza Nueva o sus alrededores con sus típicos bares de turistas, y La Giralda asomada entre los edificios contemplando todo el realce de la ciudad y los sevillanos como decía paseando por sus calles céntricas o comprando en el comercio sevillano. Ya que a todos nos gusta ir al centro y montarnos en el metro centro; que ya se ha quedado como símbolo de la ciudad, cuando escuchamos sonar su campana de silbido al cruzar la avenida avisando a los viandantes que se acerca para no atropellarlos. O escuchar el toque de las campanadas del reloj del ayuntamiento hispalense con su acento de campana sevillano. Encanto de Sevilla, ciudad irrepetible que todo el foráneo que llega a eta bendita ciudad se la lleva en su cámara fotográfica o cinta de video. Y hay muchos sevillanos que no se fijan en estos encantos sevillanos. Los loteros en sus calles pregonando sus números de lotería, ¡la suerte! ¡pa mañana!, o el lotero de los cupones ¡me queda el trece pa hoy! Y a todo esto viandante para un lado y para otro saludándose, ¡adiós nos vemos! Uno que se mete en un café, otro que va al banco, otro que va a la notaria. La capillita de San Onofre de la plaza Nueva que no dejan de entrar personas a orar ante el Santísimo que está expuesto perpetuamente. Y es que esta es Sevilla, la de la buena gente. La que adorna las calles de la ciudad sentándose en sus terrazas de las cafeterías a tomarse si es de mañana un café, o si se aproxima el mediodía una cerveza fresquita con su correspondiente tapita típica de la ciudad, el tomarse la tapita o picar antes de ir a casa a comer. Y cuando llegué la primavera otra vez nos encontraremos con el perfume de las calles de Sevilla como es el azahar por excelencia, perfume que es santo y seña de la ciudad que está sembrada de naranjos y florecen por sus fiestas de Semana Santa, para entre el olor del azahar, mezclarse con el olor a incienso al paso de las cofradías olor típico de la ciudad que llevo en mi corazón y que quiero con todo el amor que Dios me ha dado. Manuel Enríquez Becerra. Sevilla.