domingo, 15 de agosto de 2010

GUSTAD Y VED QUE BUENO ES EL SEÑOR.

Gustad y ved lo bueno que es el Señor, pues si nos fijamos cuando lo recibimos en el Pan, yo por lo menos cierro mis ojos y me centro dentro de mi ser y si tengo alguna duda de algo que haya podido tener en mi interior, me arrepiento rápidamente para que mi corazón reciba ese Cuerpo vivo que ha bajado del cielo para hacerse presente en el altar para que lo recibamos en nuestro cuerpo y sé quede con nosotros. No soy nadie para juzgar, pero observo que hay muchas personas que se acercan al Presbiterio y lo reciben como si fuese algo pasajero. Cuando es Jesucristo que por medio de un sacerdote que pueda ser mejor o peor pero está autorizado para que diga las palabras mágicas que dijo Jesús en su última Cena rodeado de sus discípulos, aquellos hombres que creían en ÉL y lo seguían por todas partes y lo llamaban el Maestro, pero que no querían que las demás gentes por miedo a que les pasase algo pero que tenían fe en ÉL, eran seguidores de Jesucristo. Pero qué bueno es el Señor, que todos los días nos regala un nuevo día, una noche para el descanso, y se queda en los Sagrarios de las Iglesias para que le hagamos compañía y participemos junto con ÉL en la oración y vayamos y le contemos nuestras alegrías, nuestras penas, y salgamos contentos de ese ratito que hemos compartido junto a su morada en ese Pan vivo que es su cuerpo, que se ha quedado con nosotros. Y cuantos Sagrarios diariamente están solos horas y horas diariamente. Yo casi todos los días en esta bendita ciudad de Sevilla, me suelo dar mis paseos por el centro de la ciudad y llegar hasta La plaza nueva, y adéntrame en la capilla de San Onofre y estar un ratito con ÉL que lo tengo presente expuesto en una Custodia rodeado de flores y velas que lo alumbran, y siempre tiene personas que están hablando con ÉL y rezándole: pero que pocos jóvenes, cuando eso es lo que quiere ÉL que la juventud lo adoré, que tengan los jóvenes en esta vida otros valores que no sea solo la diversión nocturna, como está ocurriendo. Desde esta misiva pido a los padres de la juventud que le inculquen la educación cristiana a sus hijos y que le digan que amen a Cristo que será nuestra salvación el día que partamos de este mundo. Que es lo único que tendremos luego, que luego no habrá discoteca, ni cubalibres, si no que todo será alegría y paz en el Reino de los cielos junto a Dios y a La Santísima Virgen, quién tanto amo a Jesucristo, estaremos con los santos, con Santa Ángela, Madre María de La Purísima y con todos los santos que han pasado por este mundo queriendo a Jesucristo y La Virgen y todo será bueno, y Dios nos recompensará los sufrimientos que hayamos tenido en este mundo y todo el mal que hayamos atravesado en la tierra. Gozaremos de paz infinita. Y eso nos lo dejo dicho el Señor antes de irse de este mundo. En verdad podéis pensar que soy un perturbado. Pero me da igual no lo soy y si lo pensáis peor para el que lea esta carta. Porque de verdad os digo todo lo que se mueve alrededor de este mundo ha sido creado por Dios, las plantas, los animales, y hasta las personas. Ahí podéis ver lo bueno que es Dios. Así que "Gustad y ved que bueno es el Señor". Manuel Enríquez Becerra. Sevilla.