domingo, 4 de septiembre de 2011

"SEVILLA MINADA POR PEDIGÜEÑOS."

Si paseas por las calles céntricas de la ciudad o por sitios donde haya centros comerciales como la zona de Nervioón, cada 20 metros te vas dando de cara con personas sentadas en las aceras acompañadas de un perro diciendo queremos comer, acompañadas de un acordeón con una limosnera en el suelo, acompañadas de un cartel diciendo tengo tres hijos y no tenemos para comer y otra limosnera al lado para que se le eche dinero. Las enanitas ya afamadas en la ciudad que se ponen una en la calle Sierpes y otra en la calle Tetuán, etc. La imagen que da la ciudad es tercermundista y los guardias municipales pasean por el lado de ellos y no les dicen nada. No hacen porque vayan a los comedores a comer no les dicen que están dando mala imagen en la ciudad, y que no pueden pedir en la vía pública, que vayan a ver al alcalde y que les solucione el problema. Es deprimente pasear por la ciudad lo de personas que te abordan pidiendo limosna. Pero es que te los encuentras a cada 20 metros de distancia. La imagen que da la ciudad hispalense es de una guerra en la que conviven los ricos y los desgraciados y humildes. En vergonzoso ver a un esquirol limpiándole un limpiabotas los zapatos y a 20 metros un desgraciado que no tiene para comer y sobrevivir. Sevilla quién te ha visto y quién te vio ¡Quién iba a decir que una ciudad que practica tanto la religiosidad iba a dar está imagen de pobreza! Yo creo que en España se lleva la palma el extremo de esquirol al de la pobreza. Siempre hubo distancias pero como las que está teniendo está ciudad nunca. Y los clérigos mientras dándose golpes de pecho en las iglesias. Porque también hay que mentarlas que sus puertas están también llenas de personas pedigüeñas. Y las personas que se dan golpe de pecho, pudientes prefieren dar una limosna en los cepillos de la iglesia que dársela a las personas que están a las puertas de las iglesias. Personas que salen de escuchar el Evangelio y no ayudan al humilde al misericordioso humano que no tiene para dar de comer a su familia ¡Pues vaya unos creyentes en Jesucristo que pisan a sus hermanos y no les dan una limosna! Y luego quieren salvar sus almas ante los ojos de Dios. Claro que para eso van a la iglesia porque la conciencia, no la tienen tranquila y tienen que justificarse. Manuel Enríquez Becerra. Sevilla.