sábado, 17 de septiembre de 2011

" LA FELICIDAD. "

¡La felicidad! Maravillosa palabra que ha sido escrita por importantes dramaturgos poetas y personas de relevancia en el mundo de la literatura. Es muy difícil ser siempre feliz, es lo que dice todo el mundo y que si el dinero ayuda a ser feliz por supuesto que ayuda. Pero la felicidad no es cosa de dinero, ni de que te ayuden es cuestión del estado anímico de las personas. Si te levantas de la cama siendo pesimista no encontraras nunca la felicidad. En cambio si te levantas cada día con optimismo, sin rencores y sin pensar en musarañas os aseguro que seremos felices. Aunque sea con el más simple comentario entre amigos. O simplemente dando un paseo por la calle recreándote en las personas y en el encanto que tiene nuestra vida el estar aquí en ella, el haber nacido. Tenemos que estar felices mañana tarde noche y madrugada y siempre con el amor a flor de piel. Y no echar cuenta de lo que pasará mañana, vivamos el presente que es el que nos hace que seamos felices. Cuantas personas hay millonarias y no son felices. Para ser felices no hace tanta falta el dinero. Porque el dinero viene solo. El dinero como lo busques no te llega y sin embargo sino lo buscas te llega y te ayuda a ser más feliz. Teniendo fe se consiguen muchas cosas. Interpretar la fe en lo que queráis en cristiandad o en uno mismo que también es tener fe. Hay que creer cada día que pasa y no apagarnos, sino todo a la espalda y seguir nuestro camino siempre adelante con la cabeza bien alta. Por supuesto sin hacer daño a nadie sino ya la hemos liado tu subconsciente, es decir tus neuronas no te dejan vivir tranquilo. Y para ser feliz hay que tener una gran expansión en nuestros seres de tranquilidad y de paz. Sin tener miedo a nada, ni a nadie. También tenemos que tener en cuenta que el amor en nuestros corazones también hace la felicidad. Pero no el amor sexológico. Sino el amor del amor al prójimo, el hacer el bien. Salir a la calle con la sonrisa en la cara, sabiendo convivir y pasando de quién no nos habla. A lo mejor tiene menos felicidad que nosotros mismos y no quiere cuentas con nosotros que nos ve felices y alegres. Y eso incomoda a muchas personas. Y de ahí les nace la envidia que es lo más malo que le puede ocurrir a un ser humano el tener envidia de los demás. No tengamos envidia de nada que lo nuestro ya llegará. La felicidad a cada uno se la da Dios en su momento oportuno. No preocuparos que la felicidad os llega. Como le llega a todo el mundo. Pensar que todos somos iguales, que nadie es más que nadie. Y que por mucho que otra persona es más feliz que nosotros también le llegará que tenga que partir hacía el paraíso junto a ÉL Padre. Pues lo mismo pasa con todo. Seguid mi consejo y sed felices que solo vivimos una vez. ¡Viva la felicidad! Manuel Enríquez Becerra. Sevilla