domingo, 21 de noviembre de 2010

" MI CORAZÓN SIGUE AMANDO: "

Quieran o no quieran, a escondidas de día, de noche o de madrugada, que alegría mi corazón sigue amando. Ya pueden levantar un muro una tapia o se interpongan las autoridades pero mi corazón seguirá amando, como lámpara encendida, que no logra apagarse, por mucho que se acerquen a ella y den soplidos, la llamarada seguirá encendida. Una llama llamada a amar desde una soledad inhumana atravesando mi corazón por una espada, con una punta fina que no logra desangrarlo. Porque es tanto amor el que tiene dentro que es infinito desangrarlo. Ya pueden machacarlo, ya pueden herirlo con palabras bruscamente, que me hieran la sensibilidad que tengo, desde que me engendraron en el vientre de mi querida madre, pero no lograrán arrancar el amor que deseo, que nunca lograré. Pero que llevo en mis adentros, que ni yo mismo lo comprendo. Pero que se han reído de él, pero él es valiente y no se derrumba. Como amor humano que es también sufre. Pero se cae y se levanta y vuelve a seguir amando. Como un perro busca a su amo, cuando se pierde y anda desolado por las calles, sin rumbo, pero con amor, maullando, cansado. Se sienta descansa y se levanta y vuelve a seguir buscando a su amo a quién le da calor, le haga una caricia. Aunque le eche la carne cruda, pero es su amor, su calor el que le da de comer, el que lo acaricia, al que lame. Con el que se acurruca a sus pies para dormirse, enamorado de quién lo llama para no estar solo, y es un perro sin saber de humanidad. Por eso estoy alegre porque mi corazón sigue amando y es humano. Y no es el del perro que ama a su amo y no descansa hasta que no lo encuentra cuando se pierde ¡Vivan los perros que saben amar! Vivan los animales que limpian a sus hijos lamiéndolos para quitarles la mucosidad y la babosada que traen de dentro de su vientre donde los han tenido antes de parir! Eso es amor. Por eso yo amo, porque mi espíritu y porque mi padre me engendro en mi madre con amor. Y llevo y pregono mi amor a los cuatro vientos, porque amo con mis cinco sentíos. Aunque nadie me ame, pero me ama mi madre.¡ Para que quiero más amor, que el amor de mi madre!
Yo no quiero ni pensarlo/ cuando mi madre no esté/ que mal tengo que pasarlo/ al no tener su querer. Manuel Enríquez Becerra. Sevilla.