El Papa está previsto que venga a España, la tercera semana del mes de Agosto. Para reunirse con los jóvenes que son católicos mundialmente. Pero con la que está cayendo que venga el jefe de estado del Vaticano y de la iglesia católica, le va a costar al estado español un buen dinero. Con lo de desempleados que hay, y gastan el dinero en este evento. Que vayan los jóvenes a Roma, y que allí los reciba. Porque como están las arcas del gobierno, no están para costear un evento de esta multitud que van a venir jóvenes según dicen de todos los países del mundo. Cuanto se gastará el gobierno en horas extras de policía nacional. Para que no ocurra ante el jefe de estado del Vaticano nada. Y su estancia en España custodiada para que no le ocurra nada al jefe de todos los clérigos católicos mundiales. La casa Renault le fabricara cómo siempre varios “”papas móviles”” para que vaya paseándose por donde pase y no lo vayan a matar. Habrá cenas de estado con todo el séquito que traiga de cardenales con él. Y los hoteles en Madrid estarán ya reservados para toda la curia de los cardenales, todo costeado por el estado español.
¿Por qué tenemos que costear esto, los que no estamos con la iglesia católica? A los que se hacen pasar como representantes de Cristo en la tierra este evento de nuestros impuestos de IRPF. Y ese dinero se destinara a quién no tenga para sacar su familia adelante. Y que el clero y sus feligreses costeen todo el evento. Y no que lo tiene que costear el Gobierno español. Cuando la iglesia católica y la conferencia episcopal española, no quieren saber nada del gobierno socialista. Es como inculcarle, a los jóvenes, a no usar el preservativo, a hundir a la homosexualidad, a que niñas de corta edad no aborten. Eso no es de caridad. Eso es de mala leche y de querer que los jóvenes no hagan sexo, porque pueden coger enfermedades. Pero la iglesia solo tiene que predicar el Evangelio y no meterse en sexo. Ni en despreciar a las personas con una inclinación sexual, por culpa de la genética ¿que solo Dios sabe por qué ¿ A mí me ha hecho mucho daño la iglesia católica. Cuando la iglesia debería de acoger a las personas que están desamparadas, sin amor, sin nadie que les diga ¿que necesitas? No se ocupan de nada de estas cosas. Tan solo hablan de que tienen una fundación o institución que se llama Cáritas. Y que ayudan a que la gente vaya a comedores a comer. Pero yo quisiera que vieran esos comedores, como le dan la comida al hambriento como si fuese un perro. Echándole la comida en unos platos como si estuvieran en una cárcel, todos los pobres y hambrientos en cola, como una dictadura y disciplina del antiguo régimen. Eso es Cáritas. Porque hay personas que no tienen para pagar el recibo de la luz. Y para darle el dinero para pagarlo les piden que si hacen declaración de la renta, que ingresos hay en sus casas. Es decir no se fían del que va a pedir limosna en metálico. Eso, tienen primero que ver lo que ocurre. Como Santo Tomás que hasta que no metió la mano en el costado de Cristo y vio que había una vaina, que había sido traspasada por una lanza, no creyó que era Cristo. Esa es la iglesia católica la que abre los ojos de los hombres en el siglo XXI de lo bien que viven, todo el clero mundial. En el estado del Vaticano no existe la crisis. Existe la abundancia económica pero para ellos y no para lo que un día escribieron los evangelistas, que Cristo dijo. Lo primero de todo que nos amaramos, cosa que la iglesia católica no practica “el amor fraterno”. Y no hablemos de sexo dentro del clero, porque entonces no acabo este artículo. Manuel Enríquez Becerra. Sevilla
