lunes, 30 de mayo de 2011

" FORMA DE ENTRAR A UN EMPLEO EN EL FRANQUISMO."

Hoy me he enterado y he quedado asombrado de cómo se entraba en el tiempo del franquismo a colocarse las personas sin estudios. Esto que escribo es un hecho real. En un pueblo de la provincia de Sevilla. Vivía un matrimonio con cuatro hijos. Tres hembras y un varón y el varón era el tercero de los hijos. Pero le dio de pequeño una meningitis Y tenía trastorno cerebral y no hablaba con nadie. Era retraído y andaba por el pueblo como un ser atemorizado de la vida. Era en definitiva como una persona que no estaba normal. Las cosas claras. El padre tenía un pequeño negocio familiar. Y el hijo ya lo habían visto muchos médicos y no lo curaban del todo. Es decir no daban con los fármacos que le tenían que curar. Pero de pronto un amigo del padre que era médico también, de un pueblo cercano le dijo a ese señor. Mira va a venir a Sevilla, (os estoy hablando de 40 años pasados) un catedrático especializado en medicina infantil. Pues el hijo era pequeño todavía. Y aquel señor llevó a su hijo por recomendación del médico del pueblo cercano, a que lo tratase el catedrático recién llegado a Sevilla. Que no era ni más ni menos que el doctor en medicina pediátrica y catedrático y el que fuese también promotor de llevar a cabo que se construyera el hospital universitario Esperanza Macarena. Pues se trataba del profesor Suarez Perdiguero. Todo un símbolo en la ciudad desde que llegó hasta que se jubiló. Este catedrático se afinco en la ciudad, en la calle Imagen nº 7, y pasaba consulta particular en su casa. Y este señor del pueblo llevó a su hijo al doctor Suarez Perdiguero, para que le tratase. Y el padre del chico enfermo, (porque vive todavía) es muy simpático y le cayó al profesor Suarez Perdiguero muy bien. Y no le cobró nada por la consulta por la recomendación que llevaba. Pero el profesor Suarez Perdiguero, le dijo: que tenía que seguir viendo al niño para curarle. Y cuando volvió este hombre del pueblo a ver al catedrático, con su hijo. Se presento del pueblo con dos liebres, dos conejos y una docena de zorzales, que son pájaros de comer típicos del pueblo del niño que iba a ver el catedrático. Que paso que otra vez no le cobró la consulta. Pero la amistad se iba incrementando. Y ya llegó el momento que el señor del pueblo del niño enfermo se decidió a venirse a Sevilla. Y se metió de lleno en casa del catedrático como especie de secretario. Le hacía todos los recados al catedrático que le estaba curando al hijo. Y la señora del recadero también se vino a Sevilla alquilaron un piso y hacía todas las labores del hogar de la casa del catedrático. Y la señora de Suarez Perdiguero encantada. Que pasa que el profesor Suarez Perdiguero estaba de catedrático en el recién estrenado hospital Virgen Macarena en la planta de pediatría. Y era un ilustre señor en el hospital lo que decía el catedrático se hacía. Tenía mucha mano en el hospital. Y aquel señor que llego un día a la consulta a que le curara a su hijo. Se lo curo. Fijaros si se lo curo que el catedrático Suarez Perdiguero lo coloco en el hospital de celador sin estudios y con la enfermedad. Pero ya con un poco de más inteligencia, al padre del niño, que le hacía los recados y además le trajo conejos del pueblo liebre y zorzales lo puso de conserje de puerta del hospital. Yo le he preguntado ¿oye cómo te llegaste a ser conserje del Hospital? Y me dice que por el catedrático que le dijo: firma y a trabajar sin estudios ni oposiciones ni nada. Pero no acaba la historia que a las dos hijas que eran mayor las coloco de auxiliares de enfermería sin hacer cursos ni nada en la planta suya de pediatría con buenos sueldos. Una de ellas la mayor paso hacer Gobernanta y todo. De todas las enfermeras. Y se hicieron ricos con los conejos, con las liebres y con los zorzales a costa de la enfermedad del hijo. Que el hijo ahora se ha comprado un piso en todo el centro de Sevilla. Y las hijas se casaron con médicos. Esto que ocurría antes debería de volver y se acabaría el paro. Porque se pusieron ricos de ser pobres. Y el catedrático murió y ellos se quedaron con sus puestos de trabajo. Así se escribe la historia de la España franquista. Y no la de los socialistas que todo lo quieren para ellos y que conste que no soy de derechas. Pero el caso es único creo yo o con el franquismo existían por doquier estos casos. Manuel Enríquez Becerra. Sevilla.