jueves, 13 de marzo de 2014

SIEMPRE HAY UNA ESPERANZA.

Cuando una puerta se nos cierra, siempre hay una ventana que se nos abre. Siempre que tengo un problema me pasa igual, que siempre hay una luz que se enciende para que no ocurra nada de lo infortunado. Yo soy muy negativo con las cosas de la iglesia, pero a veces me voy a tener que morder la lengua. Pues me ha pasado una cosa increíble y el alma me pide que la narre y la cuente. No voy a contar con detalles pero es increíble he tenido un problema grave económico, tanto que estaba derrumbado. Y necesitaba contárselo a alguien y una señora muy amable que se sentó en la parada del autobús a mi lado, la encontré tan amable que no sé cómo surgió la conversación que entró en la conversación el problema que me ocurría. Y me escuchó y me dijo que la esperanza es lo último que se pierde. Me dijo que rezaría por mí, y a la vez me dio una estampa de San José María Escrivá de Balaguer, en la cual venía unas oraciones para San José María Escrivá, yo sin más las realice y a las tres horas tenía el problema solucionado, yo no sé si fue la intersección del Siervo de Dios. Pero en mi se cumplió un milagro y vuelvo a reseñar que soy muy negativo con las cosas de la iglesia, pero en este caso me ha dado solución. Por eso en esta vida lo último que se debe perder es la esperanza, que si una puerta se cierra otra o ventana se abre. Manuel Enríquez Becerra. Sevilla.