lunes, 10 de marzo de 2014

GRANDEZAS Y POBREZAS.

Desgraciadamente, tengo familia aunque no me quieran reconocer como familia, con aires de grandezas, cuando me ven, agachan la cabeza. Pero sé que Dios los castigará. Es lo que siempre Dios me ha puesto en bandeja. Se murió mi madre y su hermana no fue al entierro, ella con aires de grandeza y a los seis meses, Dios la dejó viuda. La hija, es decir mi prima hermana no me habla, pero también Dios la ha castigado, tiene dos hijas, y le han salido liberales, es decir pasan de padres solo quieren novios y novios. La vida es muy justa, y es verdad que todo se paga aquí. Yo vivo de la pobreza que Dios me ha dado a vivir que me alegra porque si yo tuviera grandezas con lo que sé del Evangelio me moriría de pena, tan solo con saber que tienes grandezas y que todas se quedan aquí, es decir para la otra vida no te llevas nada. Pero desgraciadamente no solo de mi familia sino de todas. La vida es así, los seres humanos se creen que son más que nadie, y de eso nada de nada. En esta vida se paga todo. Aunque Dios es infinitamente bueno y no manda castigos a nadie. Pero es increíble la vida está programada de una manera que todo el mal te viene solo. Yo me conformo con rezar para que me venga todo un bien, y me resulta verdadero, todos los días me sale el sol con algún bien, y es que Dios escucha mi oración, porque rezo hasta por los sacerdotes que hacen una misa con una consagración del cuerpo de Cristo rutinaria, cuando es una Deidad Divina que baja del cielo aunque el sacerdote este en pecado mortal, fijaros si Dios es bueno. Y no digo nada cuando rezo una Salve. La Santísima Virgen me escucha y me ayuda también. Manuel Enríquez Becerra. Sevilla.