miércoles, 8 de septiembre de 2010

"LA AMISTAD."

Es muy difícil en los tiempos que nos ha tocado vivir mantener buenas relaciones y buenas amistades con nuestros hermanos; ya que todos somos hermanos e hijos de un mismo Dios. Que creó el mundo para que conviviéramos en armonía y nos dejó a nuestro libre albedrío hacer el bien en el mundo los unos con los otros. Pero qué difícil es mantener una buena relación por mucho tiempo todo se acaba. Es en los mismos matrimonios que hay hijos por medios y existe la separación o el divorcio y tiran cada uno por un lado como puede perdurar una buena amistad; es imposible, siempre por un lado o por otro todo llega a su final las amistades también se acaban. Es muy difícil los pensamientos y los gustos de cada persona, por lo tanto lo mismo que empiezan las amistades también se acaban. Sé de matrimonios que salen juntos porque se reúnen cuando ya están con los hijos casados y no son tan mayores y hacen un grupo para salir a cenar o tapear y unos quieren entrar en un sitio y otros en otro. Y ahí ya empiezan los tiras y aflojas y por tonterías como esas dejan de perderse las amistades y de salir juntos y anteriormente no podían pasar sin verse y es que las personas nos cansamos siempre de la monotonía y hasta perdemos las amistades con los demás que antes siempre estábamos juntos. También me consta de personas que te llaman todos los días y tienen una amistad contigo y te cuentan su vida bien porque se sienten solos y entablan una amistad contigo. Y de buenas a primeras te dejan de llamar y tú no le has hecho nada. Pero en qué mundo vivimos que perdemos hasta las amistades. Yo puedo hablar con la propiedad de qué no veo hasta una prima hermana que no sé de ella nada hace años ni de su marido ni de sus hijas y es médica; y ni siquiera pregunta por mi madre ni la ha visto por su enfermedad, y es mi sangre que corre por las venas. Pero en esta vida yo estoy seguro que esto no puede seguir de esta forma mucho tiempo, tiene que haber justicia. Y esa la tiene que hacer La Divina Providencia por infinitamente buena que es. Estas rencillas y estas amistades y familias que se pierden pero esto como se puede ser así, donde está el amor, ese amor fraterno. Como dijo Jesús. “Amaos los unos a los otros como yo os he amado” (Juan 13,34) Y aquí en la vida cada uno va a la suyo, ni amistad, ni familia, ni amor. Todo es mentira. Manuel Enríquez Becerra. Sevilla.