Hoy me he puesto a pensar y hay que decir que tenemos un jefe de la iglesia católica que ya quisieran muchas otras religiones tener. Tenemos un Papa Francisco digno de admiración, cara noble de bueno, y dando consejos a sus curitas de que estén al lado de los que sufren los enfermos y las personas solitarias. Aunque los sacerdotes están predestinados a vivir solos, pues los quiere más que nunca al lado de las personas solas. Es decir auxiliadores de los afligidos. Y es que por lo que he leído esto es un santo hombre de Dios, dice misa muy temprano pero no quiere el palacio apostólico. Él todavía vive donde se quedaban a dormir cuando el conclave en la residencia de todos los cardenales y no quiere protagonismo ninguno. En mi opinión el solideo no es el de él sino el de otro Papa ya que se le arremolina cuando hace viento. Quiere vivir en la pobreza, los hábitos si se observan bien son de tela común, no tienen marca. Ya es hora que la iglesia católica coja ejemplo del mandatario y seguidor de San Pedro para dar ejemplo de todas las virtudes que tiene esta institución y que las personas en general no la tengan como recaudatoria de colectas. A los sacerdotes hay que llamarlos al orden y ser imagen y semejanza de Cristo en la tierra y no vivir como viven que parecen que no consagran el Cuerpo de Cristo pues se olvidan al momento y viven como las personas seglares cuando ellos se han consagrado a un estado de vida que no puede ser el mismo de los seglares. En mi humilde opinión pienso que el Papa Francisco tiene en mente hacer una iglesia humilde para personas humildes. Manuel Enríquez Becerra. Sevilla.
