domingo, 14 de octubre de 2012

"TENER NOSTALGIA ES ESTAR ENAMORADO."

Añorar el tiempo pasado es estar enamorado de lo que has vivido, de los momentos más felices de tu vida e incluso porque no de las malas vivencias en las que te obstaculizo la vida y recordarlas como saliste de ellas. Los tiempos pasados que te regalo la vida siempre los recuerdas con nostalgia. Cómo nos enamorábamos de niños, como hacíamos teatro de los hermanos Joaquín y Serafín Álvarez Quinteros, aquellos preciosos sainetes como el de “sangre gorda” o las obras de teatro Puebla de Mujeres, Malvaloca. Vivíamos con otros gustos teníamos tele club para los que ya íbamos madurando más. Es más no había tanta envidia mi tanto rencor como existe hoy en día. Todos éramos amigos sino salías con un grupo salías con otro. Cuando llegaba el carnaval nos disfrazábamos con una máscara puesta en la cara y no nos conocían nadie. No lo pasábamos en grande. El domingo siguiente se celebraba el domingo que se decía de piñata y se revestía un cántaro de barro con flores de papel y se llenaba de golosinas y de algunos duros, se colgaba atado de pared a pared en alto y luego una persona con los ojos vendados trataba de romperlo cosa que no conseguía y todos nos divertíamos viendo las piñatas ya que se formaban muchas. Cuando lograban de romperlas todos acudíamos al suelo para recoger lo que contenía aquella piñata como se le decía. Eso era una forma de diversión enamorados de la vida y de nuestros más allegados. Ahora ya nadie se divierte como no sea tomando alcohol y bebidas largas como le llaman a los cubalibres, a las ginebras con tónica y a toda clase de bebida de bastantes grados de alcohol mezclado con bebida refrescante y mucho hielo. La juventud no sabe divertirse como no sea a base de alcohol duro. En mi opinión eso no te hace tener amor. También había varios juegos mixtos entre los jóvenes. Y no os digo nada cuando llegaba la Navidad, los polvorones no se comían hasta la misma noche de Nochebuena que después de cenar se sacaban todas las confituras y dulces de la época, y teníamos mucho amor nos enamorábamos aunque sin pretensión de casarnos; solo porque habíamos conseguido bailar con la chica que nos gustaba. En definitiva era otra forma de diversión, lo máximo que bebíamos era cerveza, en él tele club teníamos juegos de billar, de jugar al cinquillo, al dominó. Verdaderamente yo siento nostalgia de aquella vida y pienso que era más bonito el amor. La gente al menos no se divorciaba ni se separaban tanto. También me parece que había menos infidelidades entre las personas a nivel sexológico. En definitiva yo siento nostalgia de aquellos años de las sesenta y setenta y me recuerdan amores preciosos y algunos de ellos platónicamente que eran los bonitos. Los que guardabas en tu corazón. Manuel Enríquez Becerra. Sevilla.