miércoles, 31 de agosto de 2011

" ME DA VERGÜENZA AJENA."

Me da vergüenza ajena pasar muchos días por la calle General Polavieja en pleno corazón de Sevilla exactamente, paralela con la céntrica calle de la Sierpes. En esa calle hay todos los días en pleno siglo XXI, de limpiabotas un señor que se dedica a limpiarle, los zapatos a los poderosos esquiroles de Sevilla que están todo el día sentados en el Círculo Mercantil y en el Círculo de Labradores. Cómo si estuviésemos todavía en el tiempo del antiguo régimen. Eso toda la persona que sea foránea de la ciudad se estremecerá, cuando pase y vea esto que expongo a continuación. Un señor tirado en el suelo limpiando zapatos a poderosos de la ciudad que van a misa y comulgan el Cuerpo de Cristo. Claro que el limpiabotas como se le llamaba en el anterior régimen español, se hace de oro diariamente. Porque la ciudad está esquirlada de personas que tienen mucho dinero y viven como reyes. Mientras la otra Sevilla la desahucian de su casa, por no pagar la hipoteca o por no pagar el alquiler de su vivienda porque no tiene trabajo. Pero al limpiabotas como os narraba le da igual todo pues cobra que yo le pregunte 5 euros por limpiarte los zapatos. Y tiene cola esperando todos los días a toda la esquirlada de la ciudad hispalense. Yo me he parado a observarlo y se pone en la puerta de un bar y allí acuden los esquiroles sevillanos a que un señor le limpie los zapatos. Puede limpiar todos los días un montón a 5, euros cada diez minutos. Pueden ustedes hacerse una idea del dinero que esté señor se gana sin pagar impuestos ni nada, es decir dinero negro para el bolsillo. Mientras desahucian a las familias de los barrios pobres de Sevilla de sus viviendas por no pagar la hipoteca ni él alquiler de sus respectivas viviendas, ya que no tienen dinero. Al no haber trabajo. ¿Yo me pregunto? esto se puede permitir en pleno siglo XXI. Esto no es denunciable por la autoridad que la ciudad de otra imagen y no la que da el limpiabotas limpiándole, los zapatos a los ricos de la ciudad. Para mi es estremecedor que esto ocurra en una ciudad como la ciudad hispalense. Verdaderamente pasar y verlo es estremecedor. Pero el limpiabotas se está haciendo de oro. Y le da igual, ponerse sentado casi en el suelo. Y que conste que no me meto con el trabajo del limpiabotas que es un trabajo honesto cómo todos los trabajos. Pero quién se quiera limpiar los zapatos que se los limpie en su casa, aunque sea por una chica de servicio doméstico si la puede pagar. Pero que no den esa imagen en la ciudad de La Giralda. Manuel Enríquez Becerra. Sevilla.