miércoles, 31 de agosto de 2011

" LAS VACACIONES SON PARA VOLVER CON VIDA."



Las vacaciones que tenemos todos los españoles y de todo el mundo son para volver al punto de partida y no volverse locos en las conducción. Para tener en mitad de camino un siniestro que acabe con las vidas de las personas. Todos los años las vacaciones se cobran a un montón de ciudadanos en las idas o en las vueltas. Bien por imprudencias en la conducción o bien porque las personas que se ponen a conducir un automóvil han ingerido alcohol. Y el alcohol quieran o no merma los efectos vitales en el cerebro. Y una persona no tiene los mismos reflejos habiendo ingerido alcohol; que conduciendo sin haber ingerido nada de alcohol. Miren ustedes si usted ingiere alcohol para matarse en la carretera pues haya usted. Lo que no se puede es jugar con las demás vidas humanas, tanto como las que lleve en el vehículo que conduzca la persona. O con las que conduzcan a buena velocidad y bien por la carretera. Es que puede matar a otras vidas que no tengan nada que ver con los bebedores de alcohol. Una familia va tan tranquila por el lado contrario de la carretera y por culpa de un loco o desaprensivo, mueren más personas. Esto no debería de ocurrir y todos los años ocurre. Mira que la Dirección General de Tráfico hace campañas pero nada todos los años se van al otro barrio un montón de vidas humanas. Esto hay que acabar con ello como sea. Tendrán que poner en las entradas de las carreteras personas que estén especialidades y que paren a todos los conductores que entren en las carreteras y los reconozcan si han ingerido alcohol, y además prohibir parar fuera de la carretera de circulación para tomar bebidas en las carreteras que haya, bares y restaurantes. Que si un vehículo está estacionado fuera de la carretera en un bar o restaurante sea multado. ¡Es que el problema es muy gordo, se está jugando con vidas humanas! Esto, tienen que tomar cartas en el asunto como sea y echar más multas como he reseñado antes o de lo contrario todos los años sigue la misma historia. Manuel Enríquez Becerra. Sevilla.