sábado, 14 de junio de 2014

LA COPLA.

Toda canción creada para copla lleva un mensaje, directo de algo que ha ocurrido entre amoríos, penas y alegrías. Y tienen un comienzo feliz y un final triste o viceversa, así componían literariamente los maestros Ochaita, Sandro Valeiro, Salvador Quintero y Rafael de León, en definitiva le daban con el texto literario casi la música ya echa a los grandes músicos cómo lo fueron Quintero y Solano, porque ya se inspiraban en la tragedia o alegría del texto. Es decir siempre había un principio, enlace y desenlace que terminaba con la copla. Y así es cómo llegaban al corazón del público las grandes de la canción andaluza o copla cómo queramos llamarla. Lo cual no ocurre hoy en día con las canciones baladas por muy buenas que sean tanto en texto como musicales ya que la mayoría de ellas te hacen un texto enviando un mensaje y en la segunda parte de la canción se dice lo mismo, no sé si será por vaguedad de los autores o porque con lo que se dice una vez y se reitera la canción se hace más popular y el pueblo se la aprende mejor, en mi opinión me parece que esto último es lo más propio. Lo que sí es cierto que los textos literarios de hoy en día perduran menos en las canciones, es decir la gente no los recuerda de año en año. Y las canciones se van mueren que dejan de escucharse. Cosa que no ocurre con las canciones que escribían los autores antes reseñados que perduran por los siglos de los siglos y las cantaran las generaciones venideras. Manuel Enríquez Becerra. Sevilla.