martes, 24 de julio de 2012

ALCOHOL Y TABACO.



El alcohol y el tabaco, cada día tiene más adictos a más temprana edad.

Y también causa más muertes cada día en los botellodromos que los ayuntamientos habilitan para que la juventud se concentre a beber por beber y a fumar. Donde existen las peleas los navajazos y apuñalamientos que más de un joven muere en estas concentraciones. Cada día comprendo menos a la juventud, que adelantan con emborracharse hacerse el daño que si lo supieran y se mentalizaran no beberían ni fumarían. Mira que el Gobierno mete la pulla con la carestía en estos dos productos, pero ni por esas. La edad de las personas mayores para morir, ahora está rondando sobre los ochenta y noventa años a excepción de enfermedades con patologías que no tienen remedio y hay muchas personas que mueren antes. Pero por muerte natural está en los años que he reseñado anteriormente. Pero al ritmo que va la juventud de hoy en día, estos chicos y chicas cuando lleguen a los setenta años si es que llegan morirán es decir que la muerte se adelanta en las nuevas generaciones a causa del alcohol y el tabaco. Los jóvenes no se mentalizan y creen que el cuerpo puede someterse semanalmente dos o tres veces a esas cantidades de alcohol tan desorbitadas. Y el fumar con 16 años ya los ves con su cigarrillo como si fueran hombrecillos dándosela de hombres ya. Es una lástima que ocurran estas cosas. Con lo bien que se está aquí en la vida que ya habrá tiempo de estar entre jaramagos y nuestro cuerpo descomponiéndose y quedando solo los huesos que con los años también desaparecen. Porque en la vida todo tiene principio y fin y así somos también las personas. Todos somos iguales en dos cosas en el nacer y en el morir ahí somos cómo Dios quiso que fuésemos iguales. Y ahí no hay dinero que valga para comprar la muerte. Si la muerte se pudiese comprar nos mataríamos los unos a los otros. Pero la vida está muy bien replanteada a la hora de morir. Todos pasaremos por los tanatorios. Y un consejo a los jóvenes que procuren echar otra forma de pensar para estar un poco de tiempo más en la vida que dejen de fumar y de beber por un tubo. Y por el bien de que no haya reyertas con cuchillos y navajas entre amigotes. Que la vida son dos días y hay que saber vivir, eso dice una canción Manuel Enríquez Becerra. Sevilla.