jueves, 14 de julio de 2011

"JOSÉ JOAQUÍN GALLARDO DECANO DE LA ABOGACÍA SEVILLANA."·

Si en estos tiempos se llevaran los sombreros, como antiguamente, lo llevaba el hombre en la ciudad hispalense. Yo cada vez que me tropezara con don José Joaquín Gallardo me lo quitaría inclinándole la cabeza majestuosamente. No he visto en mi vida un hombre más sencillo que él. Hemos sido amigos años atrás (¡ojo! nunca me tuvo que defender, ni acusar por ninguna causa). Lo nuestro es como si hubiésemos vivido puerta con puerta de pequeños. Cada vez que lo veo, me lo encuentro desayunando o tomando café a media mañana, cerca de donde está su despacho en el decanato, que tiene su sede en la calle Chapineros. Y él pues le gusta las terracitas con su velador a media mañana. Para repasar la prensa. A veces no me ve, pero tengo tanto bueno de él; que me acerco a su velador, y me manifiesta un afecto indescriptible. Deja todo, el café, el periódico, y se me levanta de su silla para cogerme la mano y saludarme. Yo le digo, pero como va usted a hacer eso. Y me contesta: ¿pero si yo no soy nadie? Yo ya soy lo que quise ser que era mi carrera y punto. Y le contesto: pero don Joaquín, usted tiene muchos premios y mucho prestigio en la ciudad. Y contesta amigablemente. ¡Eso no sirve para nada! Lo que valemos somos las personas. Yo que soy una persona aprensiva lo primero que hago es dar gracias a Dios, porque existan personas como don Joaquín, que es “ilustrísimo” y se codeen con personas que pasamos desapercibidas de lo cual me honro. De no tenerme que creer nada, y tirar para adelante como sea. Dios quiere, que sea humilde como lo fue ÉL, La Santísima Virgen y don José Joaquín Gallardo. Si todo sevillano fuese así de sencillo como el decano de los abogados, Sevilla no sería la gloria. Sevilla sería la gloria, el paraíso y todos los calificativos y elogios que le quisiéramos decir. Pero por desgracia no es así. Menos mal que tenemos muchos sevillanos como don José Joaquín; hombre sencillo y cabal que vive para él, para su esposa y sus hijos. Como ejemplo: “de la sagrada familia”. Solo que en vez de ser carpintero es abogado; y aunque no le gusten los elogios es abogado de todos los abogados, es el árbitro entre sus compañeros. Cuando no se ponen de acuerdo los abogados unos y otros. Y es el decano de Sevilla y algunas cosas más que ahora no recuerdo. Tiene placas, vitolas y blasones. Tiene insignias, y que se las tiene que poner para cumplir protocolo. Tiene toga y birrete. Y tiene una simpatía del barrio de San Lorenzo donde se crió de niño. Pero valga la redundancia este señor lleva ya cuatro legislaturas, como decano de los abogados de Sevilla. Don José Joaquín que “EL Señor del Gran Poder” lo bendiga a usted y a los suyos. Su honorabilidad hace que sus compañeros confíen en usted. Y que la sede decana de los abogados de la ciudad hispalense funcione y sea bien arbitrada por usted. Manuel Enríquez Becerra. Sevilla