viernes, 4 de septiembre de 2020
DEMOS GRACIAS A DIOS POR EL DON DE LA VIDA.
Antes de comenzar esta misiva quisiera reseñarla, y con ella quiero que todo el que la lea, se conciencie de que venimos, al mundo desnudos, y nos vamos de él desnudos también, eso es tan claro como él agua.
A veces, más de una y más de dos veces, no sabemos valorar el valor de la vida, que Dios nos ha concedido a cada uno de nosotros. Y tropezamos en la vida infinidad de veces, cómo cometemos errores y de los errores aprendemos; las cosas buenas y malas que hemos hecho en la vida
Solamente lo valoramos cuando caemos enfermos, y entonces reconocemos, el gran valor que tiene la vida humana. Pero mientras tanto hay personas que fuman cómo carreteros haciéndose polvo los pulmones, o beben cómo cosacos y se hacen los hígados polvos; y en esos momentos valoramos la vida, cuando vemos que se nos avecina una enfermedad.
Y aún así, el hombre vuelve a tropezar en la misma piedra, y sigue fumando y bebiendo, hasta que el cuerpo que es frágil, le dice hasta aquí hemos llegado.
Esta misiva viene, porque he tenido una amiga que lo está pasando muy mal a consecuencia del tabaco, y se la han herido los pulmones.
Por eso tenemos que dar gracias a Dios, y a La Santísima Virgen María, todos los que estamos sanos por tener cada día que pasa salud. En mi opinión es lo más importante y relevante que tiene la vida, lo demás no vale para nada.
Todo el que lea esta misiva, que recapacite y evite que se le presente una grave enfermedad, que las enfermedades, vienen sin avisar y cuando menos te lo esperas.
Estar enfermo es lo único malo de esta vida, porque no puedes vivir cómodamente, y tu organismo se deteriora, hasta que cuando menos lo esperas, llega un desenlace.
Aprovechemos la vida al máximo y cuidémonos, y fijémonos en las personas que mueren diariamente; y ahora con lo del coronavirus todavía mueren más personas
La vida es don preciado que Dios nos ha concedido, y muchas veces lo tiramos por la borda.
No hay nada más que darse un paseo, por las urgencias de los hospitales y veremos lo de enfermos que entran continuamente. Unos graves y otros menos graves, pero con la salud trastocada
Todos los días los cristianos debemos tener nuestra intimidad con Dios y con La Santísima Virgen María; y hacer nuestro acto de fe y concordia con Nuestro Señor Jesucristo y La Santísima Virgen María; y recemos por todo el mundo.
Y no nos dejemos llevar por el tabaco y por la bebida que nos dañan nuestro organismo.
Y entre nuestras familias seamos más humanos y no estemos cada día enfadándonos; los unos con los otros es decir: (padres y hermanos), y vivamos una vida más llevadera en unión con nuestra familia que es lo importante de la vida; y no que hay padres e hijos, que están todos los días discutiendo, por simplezas y tonterías.
Cuando la vida es un paseo que Dios nos regala a cada ser humano, y no sabemos valorarlo, y disfrutar como Jesucristo y La Santísima Virgen quisieran; que seamos lo más felices posibles. Ya sabemos que en la vida nos encontramos con muchas dificultades, pero tenemos que afrontarla y llevarlas con resignación.
Pero no refugiarnos en, la droga, el alcohol, el tabaquismo, los juegos de azahar, donde hay personas que pierden su patrimonio y su valor moral; que eso no nos lleva a buen puerto. Lo que hace es destruirnos, y que nos llegue la muerte más rápida; cuando en la vida tenemos que estar el máximo tiempo posible en ella, que para eso no la ha regalado, Nuestro Señor Jesucristo. Manuel Enríquez Becerra.