martes, 2 de junio de 2020

LA IGLESIA TAMBIÉN HA SUFRIDO LA PANDEMIA.

La iglesia también ha sufrido el coronavirus, que ha tenido sus iglesias cerradas, todo el tiempo de confinamiento, que hemos tenido que escuchar la misa de los domingos, por los medios de comunicación, y hemos comulgado espiritualmente. Y es que está pandemia ha hecho mucho daño, por todos los lados del mundo. Menos mal que se ha frenado. Y ya podemos entrar en las iglesias a venerar a nuestras imágenes, cómo lo hacíamos antes del confinamiento, a visitar al Gran Poder, a La Virgen de La Macarena, y a todos los santos de nuestra ciudad hispalense. La Catedral también cerró su museo y mandó a sus empleados aun <>, porque no tenía ingresos para ver el tesoro, y tenían pérdidas económicas. Es que esto que ha pasado ha sido muy gordo nunca nos podremos olvidar a la pandemia del coronavirus. Y eso contando, de que no haya un rebrote, y se vaya todo lo rehabilitado, otra vez al garete. Que nuestras imágenes de nuestra Sevilla nos salven de esta enfermedad, y acojan en su seno del cielo, a todas las personas que han perdido la vida por causa de esta pandemia, del coronavirus. Todos hemos tenido mucho miedo en el tiempo de confinamiento, que hemos tenido estos mese atrás, y todos hemos rezado cómo buenos católicos, por lo menos en mi caso. En las misas se ha suprimido de momento el rito de darse la paz, hasta que la pandemia se haya ido del todo. El Gobierno autonómico, aconseja que hasta finales del mes de agosto, se supriman toda clase de romerías, en nuestra querida tierra andaluza. Las iglesias, van abriendo poco a poco con un mínimo de personas, guardando las distancias de seguridad, para que no haya rebrote. También aconsejan que se usen las mascarillas para entrar en las iglesias, y conventos de nuestra archidiócesis. Y es que la pandemia del coronavirus, ha sido una cosa que no habíamos conocido nunca, en el mundo. Así que lo que nos queda es rezar para que esto no vuelva a rebrotar, y podamos vivir libres y en paz, y sin miedo a morir por una infección del covid19. Manuel Enríquez Becerra.