Llevamos unos años que se ha puesto de moda hacer un banquete por todo lo alto en las celebraciones de las comuniones de los niños. Es decir que el banquete de una comunión es como el de una boda, los caballeros acaban fumando un “fárias”. Este mes de mayo los restaurantes como se suele decir hacen su agosto con las celebraciones de las comuniones. Los padres se gastan un buen dinero en celebrarlo por todo lo alto entre los familiares que la mayoría de ellos no van a ver al niño de tomar la primera comunión. y se van directamente a la celebración. Todo lo que se come y se bebe champan incluido es de alta calidad, que les cuesta un buen dinero. Pero a cambio el niño recibe unos aguinaldos muy cuantiosos a cambio de lo que ha costado el cubierto de los invitados. Algunas fiestas de comuniones no se conforman con el almuerzo al que están invitados sino que siguen después en discotecas, bebiendo los cubalibres. No cabe en mi cabeza que porque el niño haga la primera comunión se tenga que hacer un festín de esas dimensiones, y más con la que está cayendo. Manuel Enríquez Becerra. Sevilla.
