La ciudad de Sevilla no invita a sentarse en un bar con veladores en la calle. Todo es sentarte y ya tienes a personas a tu alrededor pidiendo limosna. Y es que la ciudad de Sevilla es una de las ciudades españolas que más está sufriendo la crisis. Ya que no hay fábricas ni mano de obra, para poder dar trabajo a tanta población como tiene la ciudad. Entonces es obvio y evidente que tenga tanto pedigüeño como tiene. Y es que en Sevilla tiene la Iglesia un apartado que se llama Cáritas. Pero vaya unas cáritas te sacan el padrón antes de ayudar. Tienen puestas unas señoras viudas y solteronas criticonas. Que no hacen lo que dice el Evangelio (lo que tu mano derecha sepa que no lo sepa la izquierda) son chismosas. Son lo que no hay antes de ayudarte sin sacarte la partida de nacimiento. Todo el que lea este articulo comprenderá que si las personas van a Cáritas es porque lo necesitan. Así es Cáritas parroquiales. Y si vas a los comedores estos que tanto promulgan que asisten las hijas de la caridad, te puedes morir de asco. Ahí está comiendo el que se acaba de hacer pis en los pantalones y no se lava y huele mal. Entran mucho inmigrante a comer a esos comedores sociales que hieden y la comida la puedes hasta vomitar. Las cáritas no están bien organizadas. (Hablo con propiedad porque por desgracia he ido a esos comedores) En estos comedores hay voluntariado de señoras que se creen que hacen el bien y hacen el mal. Solteronas de las parroquias y mujeres viudas que no tienen escrúpulo y te sirven la comida con las manos. En fin estaría toda una tarde escribiendo sobre el mundo de las Caritas en Sevilla. Y es que se pierde mucho dinero para el arzobispado. Manuel Enríquez Becerra. Sevilla
